Monday 21 November 2011

A propósito de la apoteosis de Rajoy la debacle de Zapatero

Dos perogrulladas sobre el replanteo de los vínculos entre La Moncloa y nuestra disidencia leal-disidencial

Por Jorge A. Pomar, Colonia

El mapa de España se tiñe de azul: salvo en dos ciudades de mentalidad tan históricamente contrapuestas como Sevilla y Barcelona, mayoría absoluta para el PP (186-110), que en breve podrá legislar en solitario. Finalmente, la "Memoria Histórica" cortoplacista del electorado español ha halado la cadena a fondo. Anno horribilis para el PSOE y "cambio" que eclipsa definitivamente la "Constelación Planetaria"  (Obama-Zapatero) solemnemente anunciada por la secretaria del PSOE Leire Pajín (magnánima mecenas de la escindida y no menos opacada Asociación Encuentro de la Cultura Cubana, AECC, según recordarán los memoriosos). Cierto, semejante victoria de los "carcas" presagia un incremento exponencial de las protestas callejeras de los niñatos "indignados" M-15 (¿el tic-tac de próximas bombas de cercanías contra el tren en marcha de los populares?), pero de momento, a resultas del inminente mutis por el foro del tándem Zapatero-Rubalcaba, deja a la cúpula sociata hecha unos zorros. 

Como veremos, tampoco parece ser del signo político agradable de la inmensa mayoría ruidosa de nuestra disidencia leal, que apenas espera de la administración entrante un mayor apoyo material, acrítico e incondicional, para seguir "jugando el juego" de fanfarronerías y corrupetas a su aire camajaneril entre Miami, Madrid y La Habana: 

Diario de Cuba
, 22-11-2011.- "Hay una gran oportunidad en este momento para que la oposición interna cubana pueda beneficiarse de una nueva relación" con España, dijo José Pepe Hernández, presidente de esa organización del exilio en Miami… Lamentó que el Gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) mantuviera como prioridad en su política exterior hacia Cuba conservar buenas "relaciones con el régimen castrista" y orillar a la disidencia. Por ello, sostuvo que "uno de los primeros pasos" que debería dar el nuevo Ejecutivo español es no sólo abrir las puertas de la Embajada de España en La Habana a la disidencia interna, sino también "tener una relación más cercana y permitir el acceso a internet" en sus instalaciones a la oposición.

Limosna con escopeta de corcho que  también Rajoy puede permitirse a fuerza de talante zapateril sin arriesgar en serio las inversiones españolas en la Isla en medio de una aguda crisis financiera con visos de degenerar a corto plazo en algarabía guerracivilista permanente de la mano del resentido binomio PSOE-IU, que ni sabe en teoría ni en la práctica puede comportarse de otro modo. Sobre todo, desde la absoluta impotencia parlamentaria en que deberá tratar de perfilarse ante una opinión pública adversa pero voluble. 

Tendría que ocurrir un verdadero milagro para que España no se acabe de caotizar del todo bajo el empuje del progrerío anarcoide. No obstante, cabe la posibilidad de que los pocos "carcas" criollos consecuentes naveguemos con suerte y, a la hora del cuajo, Rajoy no se nos raje. De ser así, más temprano que tarde el cambio de caras en La Moncloa podría --nada seguro, insisto pero tampoco del todo inverosímil-- su política exterior afectaría en alguna medida sensible las ancestrales relaciones de amistad entre nuestra antigua metrópoli colonial y el desgobierno de la “Perla de las Antillas”. 

Indignados la noche del 20 de mayo en la Puerta del Sol: "¡Rajoy, recuerda, tenemos una cuerda", "¡Moriréis como en el 36!", "¡Todo el poder para las Asambleas!", "¡Fuego, fuego al Parlamento!"...



Y muy en particular con su entrañable oposición de diseño histriónico ad hoc para el levante de delirio tremendo posmoderno en fase terminal que abrasa ahora mismo a la periferia tercermundista de la Aldea Global. Baste con recapitular aquí, sucintamente al final de la enumeración, dos añejas perogrulladas abicueriles sobre nuestro cada día más enervante MONOTEMA:

(1) A juzgar por todo lo que ya se sabe acerca de la personalidad y los planes de Rajoy, quien hasta ayer se venía perfilando más bien como un saltimbanqui centrista, oscilante y bastante mimético, las diferencias prácticas serían mínimas. Dadas la coyuntura de catástrofe que le ha toca en suerte. Pero una cosa es segura: peor que su antecesor difícilmente logrará llegar a serlo.

(2) Tanto más si se tiene en cuenta el dato de que la prioridad absoluta de la nueva legislatura corresponde, obligatoriamente, a la amenaza de quiebra, o sea, a la economía. Con los consiguientes recortes de beneficios sociales, ajuste general de cinturones y exacerbación crónica de los actuales disturbios callejeros.

(3) Situación agravada por el auge electoral de Izquierda Unida, instigadora de las protestas juveniles, y los partidos regionalistas. Pero, sobre todo, por el sesgo virulentamente antigubernamental que tomarán sin falta, a partir de la investidura de Rajoy, las algaradas del M-15, un movimiento diversionista diseñado ex profeso al calor de las encuestas desfavorables al PSOE para caldear el ambiente y sabotear cualesquiera medidas anticrisis puestas en práctica por el futuro ejecutivo conservador. Eso sin contar la tradicional labor del influyente sindicalismo político peninsular.

(4) Siendo también la volátil “prima de riesgo” la prioridad absoluta para el gobierno entrante. Por donde se conoce que Rajoy, presionado por los sacrosantos intereses de la “Madrastra Patria” en La Habana deberá cuidarse muy mucho de incordiar a la Dinastía de Birán más allá de la repetición de los manoseados mantras humanitarios, los nexos materno-filiales entre ambos países y la salvaguarda de la simbólica “Posición Común” de una Unión Europea que por otra parte, según evidencia el manejo de la que bien pudiera ser la crisis terminal comunitaria, obviamente no logra ponerse de acuerdo ni por instinto de conservación.

Tertulia de Federico Losantos


(5) “Posición Común” nunca vinculante en una laxa UE donde cada cancillería se reserva por principio el derecho inalienable de invitar a su embajada habanera a quienes les venga en gana, pero que nuestra mal llamada “oposición interna” ha convertido en summa summarum de sus exigencias al Viejo Continente.

(6) De por sí, un diferendo por puras formalidades diplomáticas que ya el liderazgo de nuestra sicofancia leal-disidencial ya había dado por felizmente zanjado a raíz de la defenestración del no sólo entre nosotros aborrecible y aborrecido titular zapateril del Exterior Miguel Ángel Moratinos.

(7) Ahora bien, no hace falta ser muy suspicaz para percatarse a través de la cobertura de los resultados del sensacional escrutinio en nuestros medios: el talante general sobre debacle y victoria ameritaría desbordamientos pasionales pero, sin necesidad de pensárselo dos veces, al lector sagaz nuestra reacción mediática se le antoja más cautelosa y neutral que entusiasta o triunfal.

(8) ¿Por qué? Pues, amén de que todos los receptores de subsidios del PSOE se verán enseguida obligados a revalidarlos ante los diversos negociados benéficos, gestión siempre tan azarosa como penosa de la que depende en última instancia su beligerancia pacifista, por dos razones que mi Alter Ego no se cansa de pregonar. 

La más “guay” y presentable primero: implícita o explícitamente , es el caso que la casi totalidad de nuestras proliferantes organizaciones contrainteligentes, que ni siquiera admiten contradicciones antagónicas con el régimen, clasifican programáticamente dentro del espectro socialista. 

No por gusto, a no ser que medien premios, viajes, sinecuras o regalías en moneda convertible, simpatizan preferencialmente con retroprogres de la calaña de Barack Hussein. Motivo por el cual sus fundadores vitalicios, que oscilan entre la socialdemocracia de izquierda, el socialismo democrático del siglo XXI y el colaboracionismo abierto, se sienten ideológicamente mucho más afines al PSOE que al PP.

(9) La más “guarra” e impresentable, como quien dice, “el silencio que ha tenido que ser” celosamente guardado so pena de fulinante excomunión martiana: presumiblemente, en virtud de un contubernio sutil a puerta cerrada entre los gobiernos de Cuba y España, a propósito de las escandalosas ingratitudes públicas de nuestros breterísimos “licenciados extrapenales por enfermedad”, diz o no (¡vaya Usted a saber a cuáles de los personajes involucrados creerle!) que arbitrariamente “desterrados” a la sociedad de consumo peninsular, el PSOE consiguió venderle al PP a tiempo, o sea, con premeditación y alevosía, el cordero envenenado de nuestra sicofancia performática. 

(10) No obstante dichas garantías interpartidistas, cunde el pánico entre las distintas falanges untadas con pasta del contribuyente español. Y con razón, pues un Mariano Rajoy con mayoría absoluta en Las Cortes bien podría desdoblarse en un segundo Aznar y, sin necesariamente incordiar a La Habana hasta el punto de rotura comercial, dejarla sin argumentos confesables rompiendo esa hostil, peligrosa entente cordiale mediante el sencillo recurso de cortarles de golpe y porrazo, bajo el rubro de medida profiláctica, las antiguas “mamandurrias” sociatas a unos cuantos de esos testaferros criptocastristas. Como parte del drástico programa de recortes, desde luego.

Sea como fuere, ¡FELICIDADES, DON MARIANO! Y qué la estancia en La Moncloa le sea a Usted leve y larga...